miércoles, 6 de junio de 2007

La "des-cualificación" de los objetos

Hoy, subiéndome al metro, vi un objeto en el suelo.
Era redondo, plano, una delgada capa de metal. Tenía agujeritos simétricos en todo su cuerpo, me recordó un reloj, un vitral, una pieza de jueguetes. Lo vi tan sólo unos segundos antes de bajar la escalera. No lo recogí. Ni siquiera paré.
Era un objeto hermoso, objetivamente hablando. O bueno, quizás no hermoso, pero nadie podría decir que era feo. No, nadie podría decir que era feo.

Estaba tirado en la calle, sin que nadie le prestara atención. Hubo un tiempo en que los indígenas de este continente se maravillaban con trozos de vidrio de colores. Hermosos objetos también, debo decirlo.

Al primer CD que me compré lo acaricié, literalmente, durante horas y días.
Cuando los discos vírgenes bajaron la barrera psicológica de los 1.000 pesos, lo perdí.

3 comentarios:

Azderel dijo...

Gracias Cecilia, la verdad algo alcanzaba a distinguir al pie del "poster"...jajajaja.Pero busqué algo sobre ellos en internet y no encontré nada...

Gracias por el aporte y publicaré la autoría como se lo merecen.

Azderel dijo...

Me acabas de dar una idea para escribir un post... como te habrás dado cuenta mis iquietudes son sociológicas... jajaja.(se que soy majadero y peco de barroco).

Y a propósito de los "des-cualificación de los objetos" tal vez escriba algo al respecto de los "homo-objetus".

Gracias.

antonio rodríguez dijo...

LO que es amí me conmocionaron los casetes. No podían dejar de pensar en la cantidad de tiempo que era posible "envasar". Todavía, de vez en cuando recorro caetes de treinta años atrás y trato de verme, de encontrarme, y de lo que hizo el tiempo para encontarme donde estoy. Gracias Cecilia por tu comentario en mi blogs.